Lobo Rojo

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Canis lupus rufus

El lobo rojo (Canis lupus rufus) es una especie de cánido muy peculiar que comúnmente se confunde con el coyote, pero observándolos con detalle podemos encontrar también elementos del lobo gris, por lo que se piensa que existe la posibilidad de que sea un híbrido entre esas dos especies, donde el coyote ocupa un menor porcentaje de 20 % y el lobo gris de un 80 %.

Hábitat y distribución

Años atrás se pensaba que su distribución geográfica se limitaba solamente al sureste de los Estados Unidos de América, pero en 1995 se describió un probable alcance más hacia el extremo norte. Se cree que tal expansión tuvo que ver con su reintroducción a la vida salvaje, ya que en 1980 se declaró extinto en su hábitat natural, pero los esfuerzos de conservación lograron salvarlo. Dos de las tres subespecies que conformaban este tipo de lobo han desaparecido; ellos eran Canis lupus floridanis y Canis lupus gregoryi.

Dos de las tres subespecies que conformaban este tipo de lobo han desaparecido.

Viven en zonas pantanosas, terrenos montañosos y praderas costeras de Texas, Georgia, Florida, Luisiana, Carolina del Norte, entre otros. Antes de su amenaza habitaban más áreas montañosas, bosques pluviales y humedales.

Características del lobo rojo
Lobo rojo – Canis lupus rufus

Anatomía

Miden de 1.40 a 1.60 m de largo y pesan de 18 a 40 kg.

No son totalmente de color rojo ni tienen el tamaño de los grandes lobos grises. Miden de 1.40 a 1.60 m de largo y pesan de 18 a 40 kg. Los machos son más grandes que las hembras. Su pelaje llega a dar tonalidades rojizas en algunas áreas del cuerpo, pero se combina con el gris, negro y blanco. Tienen una muda anual que se presenta en la estación veraniega. Lucen mucho más delgados que los lobos grises debido a la ausencia de abundante y grueso pelaje.

Las orejas son más puntiagudas y largas, al igual que el hocico, el cual se acentúa por un borde blanco que lo contornea. Muestran una cola larga, gruesa y esponjada que termina con una punta en color negro.

Comportamiento y comunicación

Son especies sociales que se agrupan por una pareja reproductora y sus descendientes de diferentes edades. Son más activos durante las horas crepusculares y presentan comportamientos de dominancia y territorialidad. Se comunican a través de lenguajes táctiles, auditivos y químicos. Las miradas, los movimientos corporales, las vocalizaciones, gruñidos, muestra de colmillos y las feromonas detectadas con la nariz,  sirven para crear vínculos afectivos, para amenazar, para dominar durante la reproducción o expresar el estado de ánimo.

Reproducción

La pareja de macho y hembra es monógama y ambos participan en la crianza de los cachorros. Ocultan a las crías en troncos de árboles, guaridas construidas por otros animales y a lo largo de riberas de ríos. Al año de edad alcanzan su máximo tamaño y a los tres son sexualmente maduros.

La temporada reproductiva da comienzo entre los meses de enero y marzo. Las camadas contienen de tres a seis cachorros, pero se han dado casos donde nacen ocho crías. Los miembros jóvenes de la manada ayudan en la atención y cuidado de los pequeños indefensos.

Descripción del lobo rojo.
Crías de lobo rojo. / Imagen de U.S. Fish and Wildlife Service.

Alimentación

Se alimentan de una variedad de especies como mapaches, nutrias, venados cola blanca y conejos. También limpian cadáveres que otros animales capturaron. Durante un período de 10 días cazan en un determinado rango territorial para después trasladarse a otra zona.

Amenazas

En 2002 se contabilizaron 175 lobos rojos en 33 cautiverios.

A diferencia del lobo gris que tiene muy pocos rivales en la naturaleza, el lobo rojo se enfrenta a otros carnívoros que suelen iniciar batallas por territorio o por depredación. Uno de sus rivales precisamente es el lobo gris. Otros son los coyotes, cocodrilos y linces.

La poca población que mantienen hoy en día es alarmante. En 2002 se contabilizaron 175 lobos rojos en 33 cautiverios de Canadá y Estados Unidos. Se tiene el proyecto de liberarlos de nuevo a su hábitat natural y salvaguardar la integridad genética. También se han considerado algunas zonas para que se reintroduzcan y vuelvan a tener una población estable que los aleje del peligro.

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