Lobos y Seres Humanos

La relación de los seres humanos con los lobos se encuentra en un desequilibrio. Si bien en algunas regiones los ataques a humanos se perpetúan por múltiples causas que están más relacionadas con la desesperación de los cánidos que por su gusto por la carne humana, no se justifican las miles de matanzas que los pobladores han realizado hacia los lobos desde muchos años atrás.

Los lobos no buscan atacar a las personas. Ellos se adentran en los poblados para buscar animales domésticos de los que se puedan alimentar, ya que en su medio natural muchas veces es difícil conseguir presas a consecuencia de la caza deportiva de ciervos, zorros, liebres y otros animales que forman parte de su dieta.

Los que los expertos predicen es la probabilidad de que los lobos puedan perder gradualmente el miedo a la gente debido a la costumbre de la presencia humana, lo que conllevará a que sentirán más seguridad cuando quieran atacar, sobretodo a niños o ancianos.

Algunos perros con dueño que se alejan hacia los bosques para explorar, han sido liquidados por lobos que los ven como competidores e invasores de su territorio. Esto no ocurre de manera muy común, sin embargo se han dado casos donde el descuido de las personas hacia sus mascotas tiene consecuencias lamentables.

La matanza de lobos está prohibida y castigada por la ley, a menos que nuestra vida esté corriendo peligro.

Ante los ataques de lobos hacia seres humanos en regiones donde ambos comparten los mismos espacios para vivir, o bien, donde los excursionistas permanecen durante algunas horas o días, se recomienda lo siguiente como método de prevención:

  • Si ve alguno a lo lejos, no dejar que se acerquen a uno ni acercarse a ellos por curiosidad, aunque se trate de una cría, ya que la madre muy probablemente se encuentre a unos metros.
  • Alimente a sus mascotas en el interior de la vivienda.
  • No ofrecer comida a los lobos cerca de su residencia.
  • Ahuyentar a los lobos que vea sin tener que lastimarlos. Es importante evitar que los lobos pierdan el temor ante la presencia humana, o de lo contrario, grandes manadas podrían acercarse.
  • Si encuentra el cadáver de algún animal, no acercarse a él.

Si se encuentra frente a frente con alguno:

  • Si muestra agresividad hacia usted, intente verse corporalmente más grande, pues esto hace que se sientan intimidados y aumenta la posibilidad de que huya.
  • Actuar agresivamente con voz gruesa y lanzar lo que esté a su alcance, tratando solamente de asustarlo.
  • Mantenga contacto visual e intente no mostrar debilidad, aunque en el momento esto sea muy difícil.
  • Nunca le dé la espalda.
  • Si su perro se enfrenta a él es mejor que usted se aleje, ya que tratar de separarlos puede traer peores consecuencias.
  • En el último caso de que reciba un ataque, intente proteger su cuello y cabeza.

En muchas regiones del mundo la matanza de lobos está prohibida y castigada por la ley; sin embargo, cuando la vida propia o la de cualquier persona peligra, matar a un lobo en defensa propia está permitido.

Domesticación de lobos

La similitud entre perros y lobos nos hace preguntarnos el por qué estos últimos no pueden ser domesticados si pertenecen a la misma familia y son parecidos genéticamente.

Biólogos de la Universidad de Massachusetts Amherst indican que esto tiene relación con los primeros contactos sensoriales tanto de cachorros de lobo como de perros. El desarrollo de los sentidos de ambos es diferente, y la interacción con las cosas que huelen, miran y sienten desde el nacimiento es muy distinto entre ambas especies.

Los perros domésticos comúnmente nacen dentro de un hogar en el que conviven diariamente con humanos, gatos, otros perros, ruido urbano, voces y otro tipo de estímulos que no forman parte de la vida de los lobos salvajes. Las crías de perro tardan más tiempo en despertar sus sentidos y en coordinar sus movimientos corporales que los lobos. Estos últimos desde pequeños comienzan a acompañar a sus padres a las cacerías, a probar alimentos sólidos, a reconocer a la manada y a ganarse su lugar dentro de la jerarquización grupal, mientras los perros aún necesitan completamente de su madre para vivir.

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